Las transferencias entre cuentas propias no se consideran ingresos por parte del Servicio de Administración Tributaria (SAT), siempre y cuando puedas demostrar claramente que no representan un incremento en tu patrimonio.
Por eso, la documentación y el registro adecuados de estas transferencias son cruciales para justificar estos movimientos en caso de una auditoría o revisión fiscal.
De acuerdo con el Artículo 59, fracción III, del Código Fiscal de la Federación (CFF), establece que las autoridades fiscales presumirán, salvo se pruebe contrario, que los depósitos en las cuentas bancarias del contribuyente que no correspondan a registros de su contabilidad que está obligado a llevar se presumirán como ingresos.
Considerando esta normatividad, se entiende que las transferencias entre cuentas propias sí se consideran ingreso si no se cuenta con el soporte documental que pruebe la operación. Es decir, factura digital, contratos de préstamos, etcétera.
En este contexto, si la autoridad fiscal solicita aclarar movimientos que considera como ingresos, se deben presentar los estados de cuenta bancaria, una copia del recibo que indica de donde proviene el monto, el número de cheque y reporte de transferencia y demás documentación que avale que sólo fue un traspaso entre cuentas propias.
Cuida la descripción que se detalla en el concepto de los movimientos, señalando expresamente que se trata de un “traspaso entre cuentas propias”. Dicha descripción deberá hacerse con fundamento en términos del Artículo 81 del Código Federal de Procedimientos Civiles.
Mantén un registro claro de tus movimientos y de cada transferencia realizada, especificando el origen y propósito, para facilitar cualquier auditoría que pudiera surgir por parte del Servicio de Administración Tributaria (SAT).
No excedas el monto límite de 15 mil pesos mensuales para la transferencia entre cuentas propias, pues al superar esta cantidad, las instituciones financieras deben de reportar al SAT estas operaciones.
Cumple oportunamente con tus obligaciones fiscales y mantente al día con los cambios normativos.
Usa un software o sistema financiero y contable que te permita acceder a información valiosa sobre las operaciones del día a día, determinar el origen de las transacciones y estar siempre al día con el SAT.