Noviembre es el mes adecuado para que empresas y contribuyentes hagan un precierre fiscal del año para evitar una bola de nieve que les caiga de sorpresa, y el fisco los llame a cuentas.
Javier Zepeda aseguró que hacer el precierre trae muchos beneficios, como facilitar la elaboración de la declaración anual, considerando el resultado del ejercicio, y ver si hay gravamen a pagar.
Se trata de contar con una herramienta útil que permite analizar y anticiparse con la revisión de los números de las empresas antes de que finalice el año.
Consideró que 2020, caracterizado por la pandemia del Covid-19, muchas empresas y contribuyentes están dando prioridad a la reactivación de sus operaciones, dejando de lado la revisión de los resultados fiscales.
Es importante, alertó, que antes de que termine este año se hagan todos los ajustes contables necesarios, es decir, la regularización de ingresos y gastos.
Destacó que muchos contribuyentes están creyendo que por el confinamiento o baja actividad van a pagar menos impuestos respecto el año anterior.
No necesariamente será así, porque el fisco tiene control estricto sobre ingresos y pagos que realizaron que servirán para los reportes de vigilancia profunda.
Advirtió que a fin de año ya no se podrán corregir las facturas o el cálculo de los impuestos.
Por ejemplo, sugirió revisar el nivel de ingresos y de los egresos, porque es probable que los contribuyentes sólo se centren en el pago de sus contribuciones de manera mensual o bimestral.
Sin embargo, dijo que hay un factor que es la declaración anual que se presenta en marzo y abril del próximo año con datos de 2020, que trae como resultado un impuesto a cargo o a favor.
En muchas ocasiones, y este año no será la excepción, este impuesto relativamente viene siendo una sorpresa, señaló. Ayuda a evitar discrepancias fiscales, ya que con el tema los comprobantes fiscales por internet (CFDI), el SAT tienen información de todas las operaciones de los contribuyentes.
Comentó que todavía hay contribuyentes que se arriesgan a presentar declaraciones mensuales o la anual con datos falsos para pagar menos impuestos.
Sin embargo, todo eso se coteja con archivos que tiene el fisco. Sugirió programar los pagos que restan por hacer en el año.
Además, cuidar las cuentas por cobrar, porque conforme pasen los días y esas se mantienen va generando una bola de nieve que en algún momento se pueden convertir en incobrables.
Reunir toda la documentación necesaria para comprobar todas las operaciones es algo que no se debe dejar pasar. Para hacer el precierre, el especialista ponderó que es importante generar presupuestos, algo que no es muy común, en especial en las empresas de menor tamaño.