La Ley Silla tiene un objetivo muy elemental: evitar que los trabajadores estén de pie durante toda su jornada laboral. La escena puede observarse en cualquier supermercado: decenas de cajeras, personal de atención al cliente, despachadores de pan y productos de cremería que están todo el tiempo de pie. El paisaje es tan común que se le interpretó como común y ordinario durante décadas. Eso podría cambiar a la brevedad.

El Senado de la República aprobó la llamada Ley Silla, con unanimidad de 82 votos, que reforma cinco artículos a la Ley Federal del Trabajo, para garantizar el derecho al descanso a las personas durante sus jornadas laborales en trabajos como guardia de seguridad, empleado de tienda, mesero y un largo etcétera. Ahora la modificación pasará a la Cámara de Diputados, que la discutirá y, en caso de aprobarla, los empleadores del sector privado tendrán un plazo de 180 días, a partir de su publicación en el Diario Oficial de la Federación, para cumplir con las reformas.

La ley está destinada a los sectores de servicio y comercio, en los cuales es habitual que los trabajadores tengan que atender personas de pie, sin excepción. En otros ramos las reformas serán aplicadas tomando en cuenta el trabajo que se realice: si es indispensable no sentarse para realizarlo, se tomará como una excepción. En 50 años, no había existido una modificación en este aspecto.